El estrés o el miedo no son factores que puedan disminuir la producción de leche, se tratan de respuestas temporales del organismo ante la ansiedad.
Es importante crear las condiciones para que las madres tengan el menor estrés posible, atender sus necesidades y no separar a la madre del bebé para que él pueda seguir succionando.
Si la madre presenta algún problema de salud, es importante consultar a un médico para que él dé las indicaciones necesarias.
El tamaño de los pechos no influye en la lactancia. La mejor manera de fortalecer al bebé es dándole leche materna todas las veces que la pida.
La leche está compuesta, en su mayoría, por nutrientes y agua, por lo tanto los bebés no necesitan líquidos extra.
Todas las mujeres producen leche de buena calidad y en cantidad suficiente; a mayor succión del bebé, corresponde una mayor producción de leche.
La leche humana es la sustancia más natural y nutritiva que el niño puede recibir. Todos los bebés son capaces de digerir la leche materna sin problemas.
Si el niño presenta signos de alergias o intolerancia, debe ser visto por su médico especialista, quien hará una evaluación y probablemente dará instrucciones para eliminar de la dieta materna aquella sustancia que pudiera estar provocando la alergia.
Mientras que muchos niños mayores obtienen la mayor parte de su leche en los primeros 5 a 10 minutos, esto no se puede generalizar para todos. Los recién nacidos que están aprendiendo a mamar no siempre son eficientes en la succión y a menudo necesitan mucho más tiempo para alimentarse.
Permite a tu hijo tomar todo lo que quiera hasta que muestre señales de saciedad como el auto-desprendimiento o la relajación de sus manos y brazos.